No preguntes nada solo escucha. No les digas que un día me conociste, ni que tuvimos una relación. Que no sepan lo que en su momento yo fui para ti. Ni tampoco des tu opinión sobre lo que pudo haber sido sí... No, no des explicaciones del pasado, ellos jamás entenderían, no creerían nuestra historia, te tomaran por loco, simplemente dirán que es cosa del pasado, que sigas adelante, o quizás querrán saber más. A veces eso es lo que hacen las personas a nuestro alrededor, creen que empujándonos a hablar podemos olvidar, creen que nos empujan a seguir y pasar página, pero no, muchas veces no.
Cuando escuches de mí, no hagas ni un gesto porque lo notarán, si es alguien del pasado lo sabrá, pero si es alguien del presente quizás querrá indagar y a ti las mentiras no te salen, eso lo sabemos de sobra. No preguntes que como me va, si todo va bien o si ha ido mal. Tú solo escucha y calla, que si me fue mal o bien créeme que tarde que temprano te llegará, y hasta parecerá que con todo lujo de detalles, pero naaa. No creas todo lo que digan, porque ya sabes que siempre le ponen sal de más. Y hablando de sal, con el paso del tiempo esas olas que tanto te gustaban surfear te dejaran restos de mí o uno que otro detalle de mi historia. Contra la orilla de esa playa en la que tanto te esperé, sólo que yo ya no estaré ahí, en esa playa, en tu nueva vida. Serán pedazos de recuerdos que quedaron varados hace tiempo en esa playa de la nunca más podré verte salir. Sólo te digo que no te creas todas esas historias, nadie puede contar con detalle lo que en carne propia no ha vivido, así que quizás hablen de más, lo único que puedo decirte de todo esto; es que todo te llegará aislado, a destiempo y mal, si mal.
Muchos intentarán apantallarte con mi nueva vida, con todos esos lugares en los que he estado, esos a los que soñamos con ir, pero que han tenido que ser por separado. Según ellos querrán lastimarte con mis supuestos éxitos y logros, así como lo hicieron conmigo sobre los tuyos, aunque tu y yo sabemos que en su momento fue como alcohol a nuestras heridas, hoy ya no. Ya no da envidia, ya no lastiman, al contrario, nos alegramos el uno al otro. ¿porque que sabrán ellos de nuestra felicidad? yo que tuve la tuya en mis propias manos.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando escuches de mí, nadie debe saberlo. Sentirás el dolor de eso que creáis que habías concluido, por ser incapaz de identificar que ya habías sanado y recordarás que algo de eso, mucho o poco sigue ahí. Pensarás en que hubiera sido sí... Te acordarás de esas preguntas que no quisiste hacer al final de nuestra última conversación. Pero, sobre todo, te darás cuenta que a pesar de habernos separado y estar a miles de kilómetros de distancia algo siguió creciendo, incluso aún cuando ya no seremos ni la pizca de lo que un día prometimos ser si lo nuestro terminaba. Creció algo tan pequeño como la tristeza misma que dejó cuando dejamos de ser uno solo, algo tan grande como cuando dijiste te amo, pero ya no puedo más.
Tú no desesperes, no te balancees, no caigas de esa tabla a la que tanto te gusta subir, resiste y coge la ola, hazte el favor, hazme el favor. Que no se note que te ha costado subir, que nadie descubra que hoy ya no surfeas más, que hoy duele más que nunca, que has tragado mucha agua salada que se mezcla con tus lágrimas, tú solo resiste que el dolor de lo nuestro pasará.
Pero te diré, que cuando escuches de mí, intenta no recordar el pasado con dolor, recuerda que el tiempo pasa, las horas, los días, las semanas, los meses, incluso los años, y que el recuerdo seguirá indagando, mendigando por ahí, buscando excusas para pronunciarse, y seguirá hasta que llegue ese alguien que abrace todo ese dolor y lo transforme en otro amor, en otra vida. Serán recuerdos que nosotros con amor hicimos, con las mismas fuerzas que construimos lo que ahora ya no es, un futuro en el que ya no pinta el nosotros, anécdotas que solo nos dan risa a nosotros mismos, solo guarda esos recuerdos para ti, para nadie más y haz otros nuevos.
Y si algún día sabes de mí, eso tiene infinidad de significados, significados que los dos sabíamos que en un futuro existirían:
Uno de ellos es que por más lejos que intente irme, no me pude ir tan lejos de ti como yo tanto quería, pues el corazón no se queda en la ciudad, si no que la ciudad se va contigo.
La otra es que por mucho que lo anhelabas tú tampoco pudiste irte de donde alguna vez fuimos felices, porque siempre te detuvo ese algo.
Que como una vez me dijiste: (tú mundo no es mi mundo), y tienes toda la razón, pero el tuyo y el mío siguen en la misma gravedad.
Y por último por no hacer esta lista tan extensa es que, aunque me haya marchado, siempre regreso al lugar del que partí. Te lo digo por si un día me ves pasar, que no te sorprenda.
Nada de lo que escuches de mí, veas, digan, o supongas, debe turbar ni alterar tu existencia. El día que escuches de mí, nada de cada frase, cada pedazo, cada historia o comentario debería sentarte mal. Piensa que al final todo fue bonito, porque así fue mientras duró. No recuerdes esos malos ratos, tú después de que escuches de mí, tranquilo que yo estaré bien, recuerda que antes de que me dejarás te lo dije: no te preocupes que yo sin ti puedo vivir, vete tranquilo que con los años el dolor se calma.
Ahora yo sólo me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a rozar tu piel y siga el camino de tus lunares, que te aplauda el corazón y llene de olas tu vida. Me conformo con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y quizás tu corazón late un poquito fuera de lo normal. Que hasta se dibuje una sonrisa en esos labios que tanto extrañé.
Tú bien sabes que nadie se muere de amor, que yo puedo ser feliz, pero en cuanto a ti, si tú eres feliz yo soy feliz. Y solo digo que si escuchaste de mí, no hayas sido tonto y disimularás e hicieras ver que me olvidabas, porque al final de todo me acabarás olvidando. Sí olvidando de verdad.